Por: José Jaramillo Diaz, Mg, CPP
Constantemente escuchamos que debemos hacer una evaluación de riesgos en nuestras empresas, hacer los mapas de riesgos, los riesgos ocupacionales, etc., estamos realmente conscientes de cuál es la importancia de realizar las evaluaciones de riesgos; vamos a explicar de una forma muy simple por qué debemos realizar estas evaluaciones.
El riesgo es “La probabilidad de que un peligro (causa inminente de pérdida), existente en una actividad determinada, durante un periodo definido, ocasione un incidente con consecuencias factibles de ser estimadas”. Es importante entender que toda actividad conlleva un riesgo, ya que la actividad exenta de ello representa inmovilidad total o la no existencia de la actividad. Si nos quedamos en casa sin hacer nada, aún existiría el riesgo, no cabe duda que menor pero existiría, el riesgo cero no existe.
En todas las actividades que realizamos aceptamos un nivel de riesgo, al igual que las empresas, podemos explicar esto con la necesidad de asistir a nuestro centro de trabajo, para ello debemos movilizarnos, puede ser en vehículo propio (auto, moto, bicicleta, patineta, etc.), podemos hacer uso del transporte público o transporte alterno como ir a pié, movilidades de la empresa o alguna persona que nos traslade. En todos estos casos estamos aceptando un desplazamiento que tiene riesgos como atropellos, choques, caídas, deterioro del medio de transporte, asaltos, entre otros. Esto es aceptar el riesgo debido a que el beneficio obtenido de la actividad a realizar es mayor. Si esto lo trasladamos a la empresa el beneficio de tomar los riesgos y afrontarlos, si se llegasen a materializar, es mayor a no realizar la actividad.
Las empresas están permanentemente bajo diferentes amenazas, las mismas que buscan de aprovecharse de las vulnerabilidades que tienen, lo que genera que expongamos los activos a estas amenazas; estos activos tienen un valor que puede ser tangible o intangible, asimismo tienen una criticidad de acuerdo con su interacción con los procesos críticos del negocio, lo indicado motiva que se incrementen de forma considerable los riesgos sobre el negocio, si estos riesgos (uno o varios) se materializan, impactan directamente en el valor de los activos, que podrían generar pérdidas en personas, materiales, procedimientos, imagen, etc. Por lo que la evaluación de los riesgos nos marcará los requerimientos de seguridad necesarios, los mismos que se deben materializar en procedimientos y controles que primariamente reducen la exposición al riesgo y protegen de las amenazas al negocio.
Es importante que la evaluación de riesgos sea principalmente una necesidad aceptada y gestionada por la alta gerencia para el apoyo y soporte correspondiente, luego realizada por profesionales con los conocimientos y las capacidades necesarias, libres de sesgos e intereses.
La evaluación de los riesgos no debe ser vista únicamente como una herramienta de identificación, evaluación, calificación, gestión, aplicación de medidas de seguimiento y monitoreo de los riesgos, lo que debe tener como complemento indispensable es que la gestión lleva a la empresa a ser una empresa con Responsabilidad Social.
La adecuada y oportuna gestión de los riesgos permitirá a la empresa que pueda resguardar sus activos y patrimonios de forma proactiva, lo que impactará de forma directa en la empresa, generando adicionalmente una mejora en el aspecto social, económico y ambiental.
Para realizar la evaluación de los riesgos debemos aplicar una metodología, que nos ayuden a reducir los efectos de la complejidad de lo evaluado, la subjetividad de lo que observamos y de nuestros propios sesgos, y también los otros factores propios de los riesgos y que son inherentes a ellos mismos.
Con la finalidad de realizar un eficiente análisis de riesgos, lo que debemos tener como elemento principal es el conocimiento del proceso evaluado en su totalidad. Esto nos permitirá obtener la información que se requiere y la determinación de los procesos críticos del negocio. Todo esto no es posible sin la participación activa de los dueños de los procesos y su involucramiento para la gestión efectiva de los riesgos.
La evaluación de los riesgos requiere de un análisis detallado lo que conlleva a poner en consideración lo siguiente:
- Asegurarse de que la información utilizada tenga la más alta confiabilidad
- Identificar el grado de incertidumbre y/o subjetividad sobre los riesgos evaluados
- Asegurarse de la participación de los dueños de los procesos
- Determinar la criticidad de cada riesgo dentro del proceso evaluado
Con lo mencionado la gestión del riesgo determinará las acciones de control para cada una de las situaciones evaluadas, priorizando aquellos que sean considerados como críticos.